sábado, 10 de marzo de 2012

BARBIE LA BUENA




Supongo que ya algunos conocéis la noticia, el pasado lunes 5 marzo tuve que tomar una de las peores decisiones en mi vida, sacrifiqué a mi perra y esto de jugar a ser dios es una mierda. Barbie nació en 1999, mal año para morirse buen año para nacer, sólo sabía que era a finales de diciembre y decidí establecer su cumpleaños el 25, un día especial, lo que no pude intuir era lo especial que sería ella.

Lorena y Ángel me llamaron al portero del piso de Urbión: “abre...traemos a la perra”, recuerdo exactamente la primera vez que la ví, la esperaba con la puerta abierta, se abrió el ascensor y primero salió Ángel, luego Lor y al momento apareció una cachorrita que parecía una osa, pequeña, redonda, negra y con manchas color fuego. La habían comprado ellos con idea de convencer a la madre de Lorena, mientras viviría conmigo, a los 4 meses la madre no cedió y las opciones eran regalarla o quedármela: ya hacía tiempo que era también mía.

Creo que la mayoría que la tratasteis pudisteis comprobar como era. Me costó mi trabajo enseñarle quien mandaba en casa pero a partir de ahí encontré una perra increíble: protectora, con carácter, dócil, bruta, agradecida, cabezona, obediente...ella era mía pero yo también era suyo. El trato con las personas era fácil (aunque recuerdo que de cachorra dio un par de bocados en sendas narices jugando a dos personas diferentes, desde luego presintió que la matahari lo merecería) si sabía que eras mi amigo o conocido ella te aceptaba como tal, si eras un extraño eras eso...un extraño, y si ya te conocía bien podía llegar a ser hasta pesada dándote cabezazos para que la acariciaras, era coscona a pesar de sus casi 40 kg. Pedro siempre le hablaba y acariciaba de forma tierna, ella sacaba su lado femenino y se dejaba querer, a Macu le hacía gracia como movía el rabo-culo cuando estaba contenta y odiaba que le lanzara arena a la toalla en la playa mientras hacía huecos, con algunos conectó de forma increíble: Diego, Coke y el Gordo, a Maru no podía verla y su forma de manifestarlo era dándole pequeños bocados seguidos en los pies, Paloma no paraba de pedirle que se sentara y le diera la pata y allí estaba ella repitiendo la acción una y otra vez y escuchando “biennnn..ja,ja...que mona”, con mi abuela era digna de ver, convivieron juntas varios años y conforme empeoraba mi abuela con más cariño y cuidado se le acercaba para que la acariciara, le daba besos en la mano con mucho cuidado, muy tranquila, como sin querer hacerle daño. A algunos que no se fiaban mucho de su apariencia les demostró que se podía estar con ella tranquilamente incluso llegaron a soltarse. Si cualquier amigo quería darle un paseo ella me miraba buscando mi aprobación, luego se iba contigo, puede que al principio un poco forzada pero no tardaba mucho en obedecerte. Todavía recuerdo el día de la boda de Guille, hicimos una previa ese mismo día a media mañana en la cervecería de conde y allí estaba Barbie con nosotros, de repente una niña de unos tres años quiso darle un paseo así que ni corta ni perezosa agarró la cadena y se puso a darles paseos de aquí para allá, hasta que se cansó y me la devolvió. Conmigo iba prácticamente a todos sitios, a correr, de botellona, a la playa...me gustaba cuando teníamos algo que hacer y le decía “Barbie calle” se ponía como una loca. Cuando decidimos irnos a vivir a la calle feria fue cuando empezó su relación más intensa con Ana, llegó a quererla tanto como yo, tardó poco en entender que era parte de mi vida y ella la aceptó como suya, podía hacer prácticamente todo con ella al igual que conmigo por ejemplo, la bajaba de madrugada al llegar de juerga y cuidaba de ella en la calle si se le acercaba un desconocido, recuerdo una mañana de un día laborable que acompañamos a Ana a su coche, arrancó se fué y Barbie no dudó en seguirla, el espectáculo era digno de ver: Ana conduciendo por la callecitas del centro, Barbie corriendo detrás del coche, el resto de coches detrás de Barbie pitando y yo gritando a la perra a las 07:30 de la mañana...nunca quería separarse de su gente, todos teníamos que ir juntos a todos lados. Conoció a Lola la perrita y a Lola mi hija y la relación era semejante: aguantar, protestar cuando no podía más y agachar las orejas resignada pensando: “déjame ya..”

Hace unos días de repente dejó de levantarse de su cama, teníamos que ponerla en pie y ella arrancaba a andar con problemas, al siguiente día la cosa empeoró y más le costaba andar, empezó a dejar de comer, la respiración con cualquier movimiento era de jadeo, el diagnostico veterinario prometía ser elemental pero yo en el fondo me aferraba a estar equivocado. Le habían aflorado dos problemas graves descubiertos: artrosis con displasia y problemas cardíacos, un problema grave encubierto: el edema pulmonar, y varios problemas cervicales, reducción de la masa muscular, etc.... y allí estaba yo que había intentando hacerme a la idea de ese momento intentando leer en sus ojos si era lo que quería, si quería bajarse allí mismo...nunca sabré si era lo que realmente quería, lo que estaba claro es que estar todo el día tirada sin ganas de comer y mantenerla así por mí, por los que la queríamos, era una postura muy egoísta. Una vez tomada la decisión se marchó mostrándose como era: intentaron un primer pinchazo (cardiovascularmente su corazón no bombeaba con la suficiente fuerza para marcarle las venas, ) y protestó sacando los dientes en un alarde de fuerza, la tranquilicé y tras mirarme sabiendo que no estaba bien lo que había hecho tumbó la cabeza en mi mano y dejó que volvieran a pincharla, esta vez sólo se sobresaltó un poco. Se durmió tranquila, relajada, seguramente como hacía tiempo que no lo hacía, por lo menos eso espero.

Nunca fue mala, ni falsa, ni me traicionó, era fiel por naturaleza, podía confiar en ella perfectamente. En sus trece años de vida sólo se ha pelado una vez con otro perro y fue porque no tuvo más remedio, la husky de la calle feria que intentó agredirla y que desde entonces no se le acercaba, en la pelea no parecía mi perra, a la husky le dio su merecido y terminaron por evitarse mutuamente. Estos días la pena vive conmigo intermitentemente y no se cuando se irá. Todo esto lo escribo por dos motivos, como terapia barata intentando que pase este sentimiento para recordar sólo lo buenos ratos que han sido muchísimos, y por que se que a much@s la apreciabais...bueno Gus,contigo tenía una cuenta pendiente pero ya si eso para el próximo que me regalen hacemos una terapia de choque.

Par mi loba huarga con cariño.


“duérmete mi niña..luz,
escóndete de la sombra
deja el más allá
y zambúllete en el mar
de la tranquilidad...”

8 comentarios:

la niña dijo...

Recuerdo esos viajes para pasar el día en la playa, al final de punta, para qué pudiera estar barbie y pudiera llenar mi toalla de arena. Pero Lo qué más recuerdo son sus cabezazos, me encantaban. Cuando nos encontrábamos por el barrio, en la alameda y ella te saludaba una y otra vez poniendo su cabeza en tu mano. Y esos sábados en el parque de los perdigones, como metía en cintura a Lola, mi perrita. Me encantaba Su carácter. Un besito fuerte jose.

madrile dijo...

Seguro que puedes tener la conciencia muy tranquila, y habéis hecho lo correcto.

Parece mentira que se le pueda coger cariño a los animales, eh? es verdad que si le das cariño te responden con lo mismo en grandes dosis.


Y ahora congelo cada instante
sabiendo de antemano
que son los últimos
la noche en que el noventa y nueve
llegó hasta abril.

pedro dijo...

Dicen que uno siempre se siente culpable cuando se muere alguien querido. Cuando me enteré de lo de Barbie me sentí culpable por haber bromeado el día anterior comparando su estado con el mío y por no haberla visto en los últimos años. Es que siempre que Jose me contaba algo de ella me entraban unas ganas muy grandes de volver a verla.
Nunca nadie ha cuidado mejor a un perro que él a la Barbie, así que no creo que pueda sentirse culpable de nada.

Es horroroso ver morir a tu perro. Yo lo pasé tan mal cuando murió la mía que hasta me daba vergüenza. Y mira que yo soy de poca sangre en las venas y que tengo la certeza de que no quería a mi perra ni la mitad que lo que él a la suya. Ni me imagino cómo lo tiene que estar pasando. Hay que querer mucho a una perra para levantarte todas las mañanas durante años a las 6 y pico de la mañana para ir a casa de tus padres para sacarla a pasear, o para decidir estar presente durante la inyección para que no esté sola en ese momento.
No va a ser fácil, José, pero hay que ser muy fuerte para escribir este artículo. Yo solo te puedo decir que esa perra no ha podido tener mejor vida.

Barbie era una perra perfecta. Buena, bonita, obediente, tranquila y protectora. Además era la hermana mayor de Lola. La soportaba como podía, la corregía cuando lo consideraba necesario y la defendía de los otros perros. Yo disfrutaba especialmente viéndola jugar. Flipaba con lo estético que era corriendo y saltando. Los días en la playa, los paseos de madrugada con la papa, las mañanas en los Perdigones... uno se sentía orgulloso sólo por estar a su lado.

pato dijo...

Estuve comentando con una compañera el cariño que se le puede llegar a coger a los animales, al final concluimos que hasta que no tienes o has convivido con uno no puedes llegar a entenderlo del todo, eso me ha dio que pensar: todo esto puede parecer exagerado pero es increíble lo inevitable del asunto.

Tenía en mente el que algunos la volvierais a ver, es más, tenía tan pensado que podía llegar el día de tomar la decisión que mi idea era llevarla hacer una “mini gira” para algunos la vierais una vez supiera que esto no tenía marcha atrás, el problema es que me ha cogido tan rápido todo que no me esperaba que acabara todo así, supongo que quería que todo pasara de forma más pausada.

Macu yo creo que en la playa te buscaba..ja,ja..que pesaita era, Madrile tienes toda la razón es lo que he comentado al principio, no tiene mucha lógica pero es inevitable. Pedro el domingo que estuve en vuestra casa no os quise decir nada porque quería pensar que los indicios no eran tan negativos, era una sensación de miedo de no querer ir al veterinario, de no querer ver la realidad (entonces ¿para que hablar de ello?) llevaba varios días teniendo que levantarla y me tenía muy preocupado el asunto, el tema comida me dio la puntilla., evidentemente lo de la broma ni que decir tiene que no tiene la menor importancia, por favor no te sientas culpable por eso.

El vídeo grabado de Lola la perrita con Barbie lo tengo que recuperar...me encantaba verlas juntas, eso de que Lola se fuera por ahí como una loca la ponía de los nervios...en fín gracias de tod@s de corazón.

juanluru dijo...

Es cierto, imposible saber el cariño que se le coge a un perro hasta que tienes uno.
Yo no tengo tantos recuerdos de Barbie, pero sí tengo dos cosas muy presentes y que cuento a mucha gente y es a Jose y Barbie en la Alameda, la Barbie que s epone a correr hacia algo, la Alameda que se queda en silenció ante semejante toro y de repente se escucha: "shhhiiitt!! Barbie!!!" Y que la perra clavara el freno y volviera hacia Jose tan tranquila y moviendo su rabo - culo, mientras toda la Alameda flipara con que aquel elemento se llamara Barbie!!
Y recuerdo tb el cumple de Pedro y Macu en la terraza de Parras con la Barie cariñosa a saco, dando cabezazos a casi todos buscando (ahí lo aprendí) que la acariciáramos.
Aquello de que los perros se parecen a sus dueños es una verdad como un templo, no hay más que ver lo buena, cariñosa, atenta y todo lo demás que era Barbie, nada más que un reflejo de su dueño.
Cuando escuché por primera vez eso que comenta Pedro de que Jose iba todas las mañanas a sacar a la Barbie antes de ir a currar pensé: "qué cabrón, éste nos hace malos a todos!". En serio, es una pasada y como dice pedrito, no ha podido tener mejor vida y mejor dueño.
Hasta esa compañía en ese momento final, buf, para mí sería imposible.
Nada de terapia barata Jose, mola un montón que lo hayas puesto aquí, y que todos podamos sacar alguna lágrima y más de una sonrisa con todo esto.
Un abrazo

mendieta dijo...

es el artículo más bonito y más emotivo que se ha escrito en todos estos años, tengo los ojos llenos de lágrimas, y no se me ocurre ninguna canción...
esto que acabo de leer es AMOR con mayúsculas.
afortunada Barbie.

pato dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
pato dijo...

Juanlu se que también sabes de lo que hablo cuando me refiero a lo de tener o no tener un animal, ya sea adoptado, regalado, comprado..al final es lo mismo...je, la que os dio en el cumple de Macu y Pedro, a algunos no os dejó tranquilos hasta que me la llevé a casa.
Gustavito me alegro mucho que te guste, me ha encantado. Mi intención era reflejar como me sentía sin querer que resultara negativo, sólo quería mostraros lo que ha significado para mí.

Otra vez muchas gracias.